MACulturA se ha querido adentrar en una de las zonas más emblemáticas de la capital: Malasaña. Un barrio, un estilo de vida, un manjar de posibilidades culturales al alcance de tod@s. Nuestro recorrido parte de la calle Barco -a ella podemos acceder desde la Gran Vía madrileña hasta llegar a la Plaza de San Ildefonso- ¿nos acompañas?
Comenzamos nuestra travesía recorriendo esta vía donde encontramos variedad de establecimientos: en el número 26 de esta calle está situado Nänai, restaurante y espacio cultural. Así es cómo se define en su página web. Y es que en este espacio, además de deleitar a sus clientes con música en directo mientras degustan el plato de la semana, se ofertan diferentes eventos y exposiciones para todos los gustos.
Seguimos nuestro trayecto hasta el final de la calle Barco donde nos encontramos con la calle Colón. Y aquí realizamos dos paradas. Primero para hablar de La Huida, primer bar vintage de Malasaña, decorado con sillones, sillas y unas curiosas mesas que no pasan desapercibidas. Los mojitos son su fuerte, pero los sábados por la mañana, nada como cerveza, tostas y charleta. Muy cerquita de él se encuentra la Bodega de la Ardosa, famosa por su tortilla de patatas, su tradición cervezera y por pasar por debajo de la barra para poder llegar al salón de al lado. Esto sólo ocurre en dos establecimiento de Madrid. Curioso, sin duda.
Continuamos el camino, atravesando la plaza de San Ildefonso, para adentrarnos en la calle San Vicente Ferrer. En el número 20 de esta vía está Estar Café, un acogedor ambiente en el que podrás disfrutar de resfrescantes batidos o pasar la tarde con amig@s mientras jugáis a uno de los numerosos juegos con los que cuenta el local. ¡Una tarde de invierno jugando al Monopoli es posible sin tener que quedarse en casa!
Mientras seguimos la marcha pasamos por locales diferentes: desde peluquerías, pastelerías y librerías, hasta diferentes tiendas vintage en donde os aconsejamos que os adentréis, algunas os sorprenderán. Y caminando, caminando, llegamos a la calle San Andrés. Allí nos encontramos con el Cafe Pepe Botella donde podréis disfrutar de dulces caseros para merendar. Pero os recomendamos adentraros en su interior para descubrir un espacio que recuerda a los vagones de los antiguos trenes express.Si queréis un recuerdo de este barrio, en esta misma calle encontraréis la única tienda de souvenirs de la zona.
Sin duda, la zona ofrece diferentes espacios para ir de picoteo, tomar una copa, disfrutar de encuentros literarios o simplemente degustar una taza de café mientras leemos un libro.
