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Rincones culturales

En esta ocasión MACulturA se adentra en lugares singulares que a veces pasan desapercibidos por el público que visita espacios de interés como museos o salas de exposiciones, ¿quieres conocerlos? 


Y es que, quién iba a decir que en el Museo del Romanticismo por ejemplo, podemos toparnos con un espacio acorde al lugar del que forma parte, en el que degustar una exquisita tarta casera sea una experiencia diferente. La terraza en cuestión, El Café del Jardín,  está situada dentro del museo, en la calle San Mateo, 13 (Tribunal) y está abierta al público coincidiendo con el horario del propio museo. La terraza, que cuenta con una fuente central y abundante vegetación, da un ambiente acogedor y fresco para cualquier ocasión, sobre todo para disfrutar los días de sol y buen tiempo, pero también disponen de un espacio cubierto desde el cual contemplar las vistas al jardín.


Otro ambiente que no pasa desapercibido es el Matadero de Madrid (Legazpi). Centro por excelencia de creación y exposiciones artísticas de la ciudad desde que en 2005 el Ayuntamiento decidiera dedicarlo a la cultura. Aquí tropezamos con La Cantina: lugar ubicado junto a la Cineteca del complejo cultural.  Se caracteriza por ser un punto de encuentro para la gente después de haber visto una obra de teatro o un concierto. La Cantina dispone de una parte al aire libre, ideal para los meses de verano, y otra parte cubierta, pero no por ello menos interesante. En la carta encontraréis por ejemplo, gran variedad de comida vegetariana a un precio asequible, entre los 10 y 15 euros.


En el centro de la capital se encuentra el Ateneo de Madrid (Calle del Prado, 21). El histórico edificio cuenta con una cafetería en donde podrás desayunar mientras ojeas la prensa diaria, o por qué no, disfrutar de una cerveza junto con un buen pincho de tortilla. Decorado con un ambiente castizo, la Cafetería del restaurante Ateneo se convierte en un espacio perfecto para conversar o para descansar tras disfrutar de un paseo por sus alrededores sin dejar de lado el ambiente cultural del que forma parte.

Y es que disfrutar de los espacios culturales va más allá de las exposiciones, talleres u obras con las que nos deleitan. Porque después de esas visitas hay que comentar, valorar y discutir sobre lo que hemos visto o escuchado, y no hay mejor lugar para ello que estos otros ambientes que están a nuestro alcance.

Fuente fotográfica: M.Navarro